Hoy empieza la vida para el enamorado poeta.
Bastó una mirada entre los dos para hacerle feliz
y para que Bécquer escribiera este regocijante poema.
Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...
¡Hoy creo en Dios!
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hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...
¡Hoy creo en Dios!
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Poemas de gozo