jueves, 18 de diciembre de 2008

Gustavo Adolfo Bécquer - rima XXV

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¡Cuántas cosas no diéramos por el amor!
En este poema el poeta enumera
todo lo valioso para él para intercambiarlo
por sólo un pensamiento, una mirada,
un latido de amor de su amada.



mujer dormida en suenoRima XXV
Cuando en la noche te envuelven
las alas del tul del sueño,
y tus tendidas pestañas
semejan arcos de ébano,
por escuchar los latidos
de tu corazón inquieto
y reclinar tu dormida
cabeza sobre mi pecho,
diera, alma mía,
cuanto poseo:
¡La luz, el aire
y el pensamiento!

Cuando se clavan tus ojos
en un invisible objeto,
y tus labios ilumina
de una sonrisa el reflejo,
por leer sobre tu frente
el callado pensamiento
que pasa como la nube
del mar sobre el ancho espejo,
diera, alma mía,
cuanto deseo:
¡La fama, el oro,
la gloria, el genio!

Cuando enmudece tu lengua,
y se apresura tu aliento,
y tus mejillas se encienden,
y entornas tus ojos negros,
por ver entre tus pestañas
brillar con húmedo fuego
la ardiente chispa que brota
del volcán de los deseos,
diera, alma mía,
por cuanto espero,
¡La fe, el espíritu,
la Tierra, el Cielo!

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